25 jul 2009

Dia 4 - Paros. Llegada a una isla paradisiaca

A medianoche partimos desde el puerto de Pireos con destino Paros. Por delante, 6 horas de ferry con pasaje de cubierta. Tras instalarnos en unos bancos, una vez comenzado el viaje, el zumbido del motor del motro nos invito a cambiarnos de sitio.


Por fortuna, aquel dia habia un par de suits disponibles asi que procedimos a ponernos comodos en una de ellas.



Paros es idilico. Es de ese tipo de islas que solo se ven en las peliculas. Casas bajitas y blancas del mismo estilo en el que ninguna destaca mas que la otra. Sorprende la tranquilidad de la isla y la escasa masificacion de la costa, de la que posiblemente podriamos aprender algo.


Aqui tenemos a David y al fondo, las primeras vistas de la isla


Llegamos a Paros a las 6 de la mañana y alli mismo, nos abordaron los vende-motos de los respectivos camping-hostel de la isla, con el objetivo de vendernos las maravillas de sus instalaciones. Nos decantamos por el menos chapas de todos ellos. Tenia pinta de fumado y de no haber tocado la ducha ni la maquinilla de afeitar en tres dias, cosas que nos inspiro confianza inmediatamente. Nos montamos en su hippy-furgoneta, nos explico las dudas que teniamos y ya de paso marcamos el mejor tiempo en la Q1.

El camping Naoussa estaba a 20 metros de la playa en un zona muy tranquila y acogedora. Podria ser el tipico lugar en el que uno piensa cuando quiere desconectar de la rutina y relajarse escuchando golpear las olas contra la arena.

Nada mas llegar, inspeccionamos la zona con animo de encontrar el lugar adecuado para nuestro campamento base. Asi es como nos instalamos aqui.


Montada la tienda de campaña fuimos a visitar los alrededores y a pegarnos un chombo en la playa. Alli conocimos a Hannah, una chica inglesa y muy risueña que habiamos visto antes en el resturante del camping.

Siguiente objetivo: conseguir alquilar una scooter sin carnet de conducir (ambos nos lo habiamos dejado en casita). Fuimos al centro del pueblo y localizamos nuestra presa, un griego isleño con pinta descuidada, perfecto para nuestra primera incursion en el mundo de la actuacion. El tipo comenzo a redactar el contrato mientras nosotros, con toda la parsimonia del mundo, buscabamos la documentacion imaginaria al tiempo que asegurabamos llevarla con nosotros. La obra de teatro marchaba a la perfeccion, mientras Lluis proferia todo tipo de insultos a David y viceversa, con objeto de dramatizar la escena. En nuestra imaginacion ya se podian escuchar los aplausos ante semejante actuacion merecedora de un Goya. Cuando por fin, le dijimos al tipo que no encontrabamos el permiso de conducir y que seguramente estaria en el camping, ya habia terminado de redactar el contrato y se dirigio a nosotros en estos terminos : "Yo confio en vocotros. Si os para la policia, decidles que el permiso esta en la caja fuerte del camping. Eso si, llevad siempre el casco(???) y tratad de no llamar la atencion". Aguantandonos la risa, nos montamos en la moto y avanzamos 100 metros para volver a pararnos y podernos reir en condiciones. Lluis "Joder, tio, como me gusta Grecia"



Nos recorrimos la isla con la moto, a una velocidad punta de 25 km/h. Un par de abuelos nos adelantaron y nos increparon con la cachaba. El paseo en moto fue de lo mas reconfortante, con el viento pegando de cara y un sol castigador. Fuimos a Punda Beach y despues nos adentramos en la isla en busca de un sitio en el que comer algo tipico de la zona y que estuviera alejado de las zonas costeras y mas turisticas. Y vaya si lo encontramos! El pueblo se llama Leftes y estas son las vistas.



El menu fue el siguiente: ensalada griega, salchichas tipicas de Leftkes y tzatziki. El lugar invitaba a una larga sobremesa acompañada de un frappe.

Por la noche fuimos al centro de Naoussa y recorrimos sus pintorescas calles antes de dirijirnos a mover el esqueleto.



La noche, para alguno, termino en la playa.

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