Dia 10 - Estambul. Michael Jackson no esta muerto. Pasea tranquilamente por las calles de Estambul.

Tras salir la pasada noche de fiesta, nos levantamos un tanto perezosos a eso de las 10. Tomamos un cafe turco para espabilar y empezar el dia. Pusimos una lavadora y pasamos un largo rato charando en la terraza. Entretanto, cada hora los padres de Pinar nos ofrecian un cafe, hasta que nos dio la hora de la comida. No contentos con la dosis de cafe recibida, aceptamos gustosamente la enesima taza de cafe. Esta vez, con un extra agnadido. La madre de Pinar nos leeria el futuro intepretando los posos restantes del cafe. Lluis y David escuchaban atentos las explicaciones y predicciones de la madre de Pinar. No pronunciaron una sola palabra en 15 minutos (record absoluto en este viaje). Tenemos que decir que la sensacion predominante fue de vulnerabilidad, al ver como iba acertando asombrosamente sobre ciertos aspectos de nuestra personalidad y sobre acontecimientos que habian pasado recientemente y otros que pasarian en corto plazo. En todo ese tiempo, la madre de Pinar no levanto la mirada de los posos en ningun solo momento, lo que elimina la posibilidad de ir soltando frases en funcion de nuestras reacciones. Lo cierto es que no tengo palabras, aunque nos cueste mucho creer en este tipo de cosas.

Despues de la comida, el plan era visitar la zona costera cercana a la casa de Pinar. Ella no podria acompagnarnos porque tenia que asistir a una boda con sus padres esa misma tarde. Asi que fuimos solos andando hasta el muelle. Alli un extragno suceso se interpuso en nuestra tranquila existencia.

Queridos amigos, Michael Jackson no murio de un cocktel de pastillas como nos han vendido los medios. Michael Jackson es un turista mas en Estambul.
Este hcecho, al parecer, no fue una casualidad porque, cuando el dia anterior nos encontrabamos caminando por la zona antigua de Estambul, tuvimos esta vision a medio camino entre el miedo y la risa.

Michael, te queremos!!!!!!!!

Tras dicha aparicion, fuimos a comer un Doner Kebab y entramos en un cibercafe para actualizar el blog y navegar un rato. Ya de medianoche volvimos a casa y nos quedamos charlando con Pinar hasta bien entrada la madrugada (a eso de las 4).