29 jul 2009

Dia 13 - Sofia. Visita a la cascada de Bof, gruta y fiesta.

Nos levantaron a las 8 entre gallos y bocinazos. Como habiamos dormido 12 personas en 50 metros cuadrados, la cola del servicio era simplemente eterna.

Cogimos el tren hacia Bof con curiosidad por conocer la cascada y la gruta.


Aqui una foto del lider del grupo en actitud carignosa.


Tras bajarnos del tren, inicamos una caminata de 20 minutos (segun nuestro anfitrion, Martin) que finalmente resulto ser de una hora y pico. Ahi comprendimos que los bulgaros son aun mas exagerados que los de Bilbao.

He aqui la cascada de la que nos habian hablado.


Estuvimos acompagnados en todo momento de nuestras amigas francesitas, Pauline y Coralie.



Nos dimos un remojon muy refrescante que nos ayudo a olvidar el calor sofocante por unos minutos.



y rapido a bajar hacia la estacion porque teniamos que coger un tren con destino a una gruta.


De camino a la gruta descubrimos que los bulgaros tienen una forma muy particular de construir casas. Juzguen vds. mismos.



Tras comprobar que la espeleologia no es nuestro punto fuerte, dimos media vuelta y regresamos a casa.


Despues de una duchita reconfortante, la fiesta de Sofia (con fama de peligrosa) nos esperaba. Comimos unas pizzas y como sobremesa, un chupito de vodka. 3,2,1, accion!!



Nuestra primera parada fue el "Salsa Plus", animados por David y su mono de bailar salsa. El local era muy tranquilo y habria unas 10 parejas bailando.



Hicimos amigos preguntando por la direccion de un bar. Sin embargo, nos recomendaron acompagnarles a un bar de musica de los 90. Tenian buena pinta asi que les hicimos caso. El bar, su musica y su ambiente estuvieron a la altura de lo que andabamos buscando. Bailamos hasta caer rendidos. Entre baile y baile, se nos acercaban nuestros amigos bulgaros para ofrecernos proteccion en caso de algun problemilla con alguno de sus compatriotas. Aqui tenemos una foto de nuestro guardaespaldas.



Vuelta a casa. El taxista intenta cobrarnos el doble (10 levas, unos 5 euros) pero Lluis, en su afan de intentar ahorrar dinero para gastarlo en juergas, le salto la vena de negociador y le espeto: "4 (ensegnando 4 dedos), four, cuatro, diez no". Se dirigio en busca de Martin y despues de una agradable charla en que lo unico que entendimos fue "Mersi", le dimos 5 levas.

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